Diego Griffon
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Hace 10.000 años, cuando comenzamos a practicar la agricultura, también comenzamos a alterar los paisajes del planeta. En un principio nuestro efecto fue moderado, pero actualmente somos una fuente mayor de perturbación.
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Este efecto es debido, en gran medida, a la deforestación de grandes extensiones de terreno a causa de la expansión de la frontera agrícola. Este proceso transforma irremediablemente los paisajes naturales, en mosaicos compuestos por zonas de cultivo y áreas no alteradas.
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Una simple mirada a una imagen satelital de la Península Ibérica, permite a apreciar la magnitud de nuestro impacto en los paisajes. En la siguiente Figura, se presenta una composición de imágenes tomadas de Google Earth, en ella se muestran fotografías de España a diferentes escalas.
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En un primer momento (con menor acercamiento), no pareciera haber ningún problema, pero al aumentar el acercamiento, se aprecia claramente el profundo impacto que la agricultura a tenido en ese país. Resultados similares se obtienen haciendo zoon en CUALQUIER parte de ese país, sea el norte o sea el sur (ver próxima figura). Esta desmedida deforestación, explica en buena medida los problemas de escasez de agua que experimenta actualmente en España.
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Es interesante constatar que los diferentes tipos de agricultura dejan una huella particular sobre el paisaje, esto puede ser claramente apreciado en la siguiente Figura.
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La imagen superior izquierda, presenta un patrón de rejilla característico de la agricultura originada en el siglo 19 en Minnesota. En la segunda imagen de la primera fila, se observa el patrón generado por los sistemas de riego de pivote-central en el estado de Kansas. En la parte superior derecha, se muestra la agricultura menos planificada del noroeste de Alemania originada en la Edad Media.
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El curioso patrón de la imagen inferior izquierda, es el resultado de un proyecto de asentamiento cerca de Santa Cruz, Bolivia. En el centro de cada campo existe un pueblo y una barrera la selva tropical separa cada comunidad.
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La imagen inferior-central, muestra delgados arrozales en Tailandia, a las afueras de Bangkok. Los diferentes colores observados corresponden a diferentes niveles de agua en cada uno de los lotes de terreno. En la imagen inferior derecha se observan grandes granjas en Brasil. Las grandes dimensiones de estas propiedades se deben el bajo precio de la tierra.
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Las políticas estatales de planificación agrícola también repercuten sobre el paisaje. En la siguiente Figura, se muestra dos imágenes tomadas en la frontera Polonia-Ucrania en diferentes épocas. El lado polaco de las fotografías, muestra una agricultura basada en pequeñas unidades de producción, lo que genera un intrincado patrón. En el lado Ucraniano de la imagen, en un principio (1988) se muestra un patrón gobernado por grandes unidades de producción, debido a que para esa época existía una agricultura de planificación centralizada enfocada en la producción en grandes unidades. Luego de la caída del sistema comunista, las grandes unidades de producción en Ucrania han experimentado un fraccionamiento en predios de menor escala.
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Es importante destacar que estas alteraciones sobre el paisaje traen consigo efectos negativos sobre los ecosistemas (e.g., disminución de la capacidad de retención de agua y carbono). En los actuales momentos, cuando enfrentamos el reto del calentamiento global, es un tiempo propicio para rediseñar los paisajes alterados, de manera de aproximarlos a la composición de los paisajes naturales. Esta aproximación se conoce como biomimetismo. En el ámbito agrícola, el biomimetismo pasa por eliminar el uso monocultivos y favorecer la diversificación de los agroecosistemas. Para lograr esto, se deben diseñar asociaciones de cultivos que se asemejen en la medida de lo posible a las comunidades vegetales observadas en los ecosistemas naturales de cada localidad. Este objetivo puede ser alcanzado mediante la aplicación de los principios de la Agroecología en el diseño de los sistemas agrícolas.
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.Hace 10.000 años, cuando comenzamos a practicar la agricultura, también comenzamos a alterar los paisajes del planeta. En un principio nuestro efecto fue moderado, pero actualmente somos una fuente mayor de perturbación.
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.Este efecto es debido, en gran medida, a la deforestación de grandes extensiones de terreno a causa de la expansión de la frontera agrícola. Este proceso transforma irremediablemente los paisajes naturales, en mosaicos compuestos por zonas de cultivo y áreas no alteradas.
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.Una simple mirada a una imagen satelital de la Península Ibérica, permite a apreciar la magnitud de nuestro impacto en los paisajes. En la siguiente Figura, se presenta una composición de imágenes tomadas de Google Earth, en ella se muestran fotografías de España a diferentes escalas.
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.En un primer momento (con menor acercamiento), no pareciera haber ningún problema, pero al aumentar el acercamiento, se aprecia claramente el profundo impacto que la agricultura a tenido en ese país. Resultados similares se obtienen haciendo zoon en CUALQUIER parte de ese país, sea el norte o sea el sur (ver próxima figura). Esta desmedida deforestación, explica en buena medida los problemas de escasez de agua que experimenta actualmente en España.
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.Es interesante constatar que los diferentes tipos de agricultura dejan una huella particular sobre el paisaje, esto puede ser claramente apreciado en la siguiente Figura.
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.La imagen superior izquierda, presenta un patrón de rejilla característico de la agricultura originada en el siglo 19 en Minnesota. En la segunda imagen de la primera fila, se observa el patrón generado por los sistemas de riego de pivote-central en el estado de Kansas. En la parte superior derecha, se muestra la agricultura menos planificada del noroeste de Alemania originada en la Edad Media.
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El curioso patrón de la imagen inferior izquierda, es el resultado de un proyecto de asentamiento cerca de Santa Cruz, Bolivia. En el centro de cada campo existe un pueblo y una barrera la selva tropical separa cada comunidad.
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La imagen inferior-central, muestra delgados arrozales en Tailandia, a las afueras de Bangkok. Los diferentes colores observados corresponden a diferentes niveles de agua en cada uno de los lotes de terreno. En la imagen inferior derecha se observan grandes granjas en Brasil. Las grandes dimensiones de estas propiedades se deben el bajo precio de la tierra.
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Las políticas estatales de planificación agrícola también repercuten sobre el paisaje. En la siguiente Figura, se muestra dos imágenes tomadas en la frontera Polonia-Ucrania en diferentes épocas. El lado polaco de las fotografías, muestra una agricultura basada en pequeñas unidades de producción, lo que genera un intrincado patrón. En el lado Ucraniano de la imagen, en un principio (1988) se muestra un patrón gobernado por grandes unidades de producción, debido a que para esa época existía una agricultura de planificación centralizada enfocada en la producción en grandes unidades. Luego de la caída del sistema comunista, las grandes unidades de producción en Ucrania han experimentado un fraccionamiento en predios de menor escala.
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.Es importante destacar que estas alteraciones sobre el paisaje traen consigo efectos negativos sobre los ecosistemas (e.g., disminución de la capacidad de retención de agua y carbono). En los actuales momentos, cuando enfrentamos el reto del calentamiento global, es un tiempo propicio para rediseñar los paisajes alterados, de manera de aproximarlos a la composición de los paisajes naturales. Esta aproximación se conoce como biomimetismo. En el ámbito agrícola, el biomimetismo pasa por eliminar el uso monocultivos y favorecer la diversificación de los agroecosistemas. Para lograr esto, se deben diseñar asociaciones de cultivos que se asemejen en la medida de lo posible a las comunidades vegetales observadas en los ecosistemas naturales de cada localidad. Este objetivo puede ser alcanzado mediante la aplicación de los principios de la Agroecología en el diseño de los sistemas agrícolas.
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