domingo, 26 de febrero de 2017

Finally out of reach-
No bondage, no dependency.
How calm the ocean, 
Towering the void.
       
                                   Tessho

miércoles, 15 de febrero de 2017

Piaroa Agriculture (Conuco)


All major groups of soil life are already present in former agricultural soils, but they are not really 'connected'



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How strong are the 'relationships' in soil communities? From left to right the interaction strength between groups in seminatural grasslands are visualized on recently, mid-term and long-term abandoned agricultural fields.

Relationships Grow during Nature Restoration

'Relationships' in the soil become stronger during the process of nature restoration. Although all major groups of soil life are already present in former agricultural soils, they are not really 'connected' at first. These connections need time to (literally) grow, and fungi are the star performers here. A European research team led by the Netherlands Institute of Ecology (NIOO-KNAW) has shown the complete network of soil life for the first time. This Wednesday, the results of the extensive study are published in Nature Communications.

Earthworms, fungi, nematodes, mites, springtails, bacteria: it's very busy underground! All soil life together forms one giant society. Under natural circumstances, that is. A large European research team discovered that when you try to restore nature on grasslands formerly used as agricultural fields, there is something missing. Lead author Elly Morriën from the Netherlands Institute of Ecology explains: "All the overarching, known groups of soil organisms are present from the start, but the links between them are missing. Because they don't 'socialise', the community isn't ready to support a diverse plant community yet."

When nature restoration progresses, you'll see new species appearing. But those major groups of soil life remain the same and their links grow stronger. "Just like the development of human communities", says Morriën. "People start to take care of each other. In the soil, you can see that organisms use each other's by-products as food." In this way, nature can store and use nutrients such as carbon far more efficiently.

Fungi as drivers
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"Fungi turn out to play a very important role in nature restoration, appearing to drive the development of new networks in the soil." In agricultural soils, the thready fungal hyphae are severely reduced by ploughing for example, and therefore the undamaged soil bacteria have an advantage and rule here. The researchers studied a series of former agricultural fields that had changed use 6 to 30 years previously. With time, there is a strong increase in the role of fungi.

Earlier, researchers did look at fungal biomass, but that won't show you the whole story. "After six years, about 10% is fungal biomass and 90% is from bacteria. Still, we discovered that already at that stage, about half the carbon - being the food - goes to the fungi. After 30 years, that share has risen to three quarters of the carbon stored. Fungi really are the drivers in natural soils."


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sábado, 11 de febrero de 2017

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-El Gaspar Ilóm deja que a la tierra de Ilóm le roben el sueño de los ojos...

-El Gaspar Ilóm deja que a la tierra de Ilóm le boten los párpados con hacha...

-El Gaspar Ilóm deja que a la tierra de Ilóm le chamusquen la ramazón de las pestañas con las quemas que ponen la luna color de hormiga vieja...

El Gaspar Ilóm movía la cabeza de un lado a otro. Negar, moler la acusación del suelo que estaba dormido con su petate, su sombra y su mujer y enterrado con sus muertos y su ombligo, sin poder deshacerse de una culebra de seiscientas mil vueltas de lodo, luna, bosques, aguaceros, montañas, pájaros y retumbos que sentía al rededor del cuerpo.

-La tierra cae soñando de las estrellas, pero despierta en las que fueron montañas, hoy cerros pelados de Ilóm, donde el guarda canta con lloro de barranco, vuela de cabeza el gavilán, anda el zompopo, gime la espumuy y duerme con su petate, su sombra y su mujer el que debía trozar los párpados a los que hachan los árboles, quemar las pestañas a los que chamuscan el monte y enfriar el cuerpo a los que atajan el agua de los ríos que corriendo  duerme y no ve nada pero atajada en las pozas abre los ojos y lo ve todo con mirada honda...

El Gaspar se estiró, se encogió, volvió a mover la cabeza de un lado a otro para moler la acusación del suelo, atado de sueño y muerte por la culebra de seiscientas mil vueltas de lodo, luna, bosques, aguaceros, montañas, lagos, pájaros y retumbos que le martajaba los huesos hasta convertilo en una masa de frijol negro; goteaba noche de profundidades.

Y oyó, con los hoyos de sus orejas oyó:

-Conejos amarillos en el cielo, conejos amarillos en el monte, conejos amarillos en el agua guerrearán con el Gaspar. Empezará la guerra el Gaspar Ilóm arrastrado por su sangre, por su río, por su habla de ñudos ciegos...

La palabra del suelo hecha llama solar estuvo a punto de quemarles las orejas de tuza a los conejos amarillos en el cielo, a los conejos amarillos en el monte, a los conejos amarillos en el agua; pero el Gaspar se fue volviendo tierra que cae de donde cae la tierra, es decir, sueño que no encuentra sombra para soñar en el suelo de Ilóm y nada pudo la llama solar de la voz burlada por los conejos amarillos que se pegaron a mamar en un papayal, convertidos en papayas del monte, que se pegaron al cielo, convertidos en estrellas, y se disiparon en el agua como reflejos con orejas.

Tierra desnuda, tierra despierta, tierra maicera con sueño, el Gaspar que caía de donde cae la tierra, tierra maicera bañada por ríos de agua hedionda de tanto estar despierta, de agua verde en el desvelo de las selvas sacrificadas por el maíz hecho hombre sembrador de maíz. De entrada se llevaron los maiceros por delante con sus quemas y sus hachas en selvas abuelas de la sombra, doscientas mil jóvenes ceibas de mil años.

En el pasto había un mulo, sobre el mulo había un hombre y en el hombre había un muerto. Sus ojos eran sus ojos, sus manos eran sus manos, su voz era su voz, sus piernas eran sus piernas y sus pies eran sus pies para la guerra en cuanto escapara a la culebra de seiscientas mil vueltas de lodo, luna, bosques, aguaceros, montañas, lagos, pájaros y retumbos que se le había enroscado en el cuerpo. Pero cómo soltarse, cómo desatarse de la siembra, de la mujer, de los hijos, del rancho; cómo romper con el gentío alegre de los campos; cómo arrancarse para la guerra con los frijolares a media flor en los brazos, las puntas de güisquil calientitas alrededor del cuello y los pies enredados en el lazo de la faina.

El aire de Ilóm olía a tronco de árbol recién cortado con hacha, a ceniza de árbol recién quemado por la roza.

Un remolino de lodo, luna, bosques, aguaceros, montañas, lagos, pájaros y retumbos dio vueltas y vueltas y vueltas y vueltas en torno al cacique de Ilóm y mientras le pegaba el viento en las carnes y la cara y mientras la tierra que levantaba el viento le pegaba se lo tragó una media luna sin dientes, sin morderlo, sorbido del aire, como un pez pequeño.

La tierra de Ilóm olía a tronco de árbol recién cortado con hacha, a ceniza de árbol recién quemado por la roza.

Conejos amarillos en el cielo, conejos amarillos en el agua, conejos amarillos en el monte.


Miguel Ángel Asturias - Hombres de Maíz.
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martes, 7 de febrero de 2017

Agricultura & Kaos

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Un recuento del camino que nos trajo hasta la situación agrícola actual del país en un foto-reportaje de Ignacio Castro.
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