lunes, 23 de abril de 2012
Fábulas del despojo: ¿Cómo opera la sofisticada maquinaria de la Economía Verde?
Emiliano Teran Mantovani*
«A lo largo de los dos últimos años, la
idea de una“economía verde” ha abandonado el reducto especializado de la
economía ambiental para penetrar en el discurso político dominante».
Programa de las Naciones Unidas para el
Medio Ambiente PNUMA
«los instrumentos basados
en el mercado tienen una reputación de eficiencia bien merecida».
Hacia una economía verde. UNEP
En el mes de Junio se realizarán en
paralelo dos eventos de gran importancia global. Uno es la Conferencia de
Naciones Unidas sobre el “Desarrollo Sustentable” «Rio+20», entre el 20 al 22
de ese mes en la ciudad de Rio de Janeiro, un encuentro que se efectuará a
puerta cerrada entre gobiernos, instituciones y empresas, en el cual se
pretende establecer las bases para un nuevo marco institucional, económico y
jurídico global de lo que han dado a llamar como la “Economía Verde”: la nueva
economía ante la crisis ecológica global. El otro evento, su contraparte, la
“Cumbre de los pueblos” por la Justicia Social y Ambiental, celebrada en la
misma ciudad del 15 al 23 de junio, encontrará a ciudadan@s y
organizaciones sociales de todo el mundo quienes se plantarán para hacer
resistencia a los planteamientos dominantes de Rio+20.
¿Por qué harán resistencia l@s ciudadan@s, pueblos
y organizaciones sociales que convergerán en la “Cumbre de los pueblos”?
Porque, esta Economía Verde, como una
especie de fase “limpia” y “ecológica” del capitalismo, supone un serio y
estructurado intento neoliberal de mercantilizar y privatizar lo que nos queda
a la humanidad como patrimonio común para la vida: los propios bienes naturales
como el agua, los bosques y la biodiversidad en general. Ante la gravedad de la
crisis ecológica global y las severas críticas que ya se han establecido en
contra del modelo de desarrollo imperante, los grupos poderosos del mundo
reciclan su legitimidad construyendo nuevos marcos discursivos,
institucionales, económicos y jurídicos sobre los cuales se transformará
la arquitectura de la gobernanza mundial. La Economía Verde para a ser el
índice de un nuevo repertorio lingüístico para la Opinión Pública, una especie
de Nueva vulgata planetaria, en palabras de Pierre Bourdieu[1], que logre generar las condiciones para la
intensificación del despojo neoliberal: la acumulación por desposesión[2].
“Economía Verde”:
el alias del capitalismo marrón
La
Economía Verde propone un reordenamiento discursivo y geopolítico a favor del
proceso de acumulación de capital. Enverdece las palabras y los procesos para
encubrir no sólo la continuación del dominio del capital sobre la naturaleza y
los sujetos, sino la profundización de la privatización de todo. En el
documento del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente – 2011,
denominado: Hacia una economía verde. Guía para el desarrollo sostenible y la
erradicación de la pobreza, se habla de la construcción de un modelo sostenible
y de una serie de transformaciones necesarias para ir hacia formas de
organización “verdes”. Pero en ningún momento se exponen las causas de la
crisis, ni sus patrones de producción, conocimiento y consumo. No hay
cuestionamiento de raíz; el sistema permanece intacto y más bien se hace una
transferencia de las nuevas exigencias medio ambientales al mismo modelo
mercantil. Hay 4 indicadores que evidencian que “el lobo se viste de cordero”
para vendernos su proyecto:
a) El
crecimiento económico no se toca: el documento del PNUMA no sólo no cuestiona
el crecimiento, motor de la devastación medio ambiental, sino que lo propone y
lo relanza como más funcional en el marco de la economía verde, en comparación
con el modelo “marrón”. De esta forma, nos plantean haber resuelto el mito de
la alegada “disyuntiva” entre el progreso económico y la sostenibilidad
ambiental al haber incorporado en los cálculos económicos y en la noción de
“riqueza” a los bienes naturales y no solamente el rendimiento producido[3].
Pero es esta una “incorporación” de la naturaleza a la lógica mercantil y de
privatización.
b) La lógica “ecológica” del
mercado: la Economía Verde está dinamizada por las inversiones capitalistas,
las cuales deber ser rentables y atractivas, para así mantener contentos a
dichos inversores en los sectores “limpios” de la economía, cuidando también de
garantizar la lógica de libre mercado. Esto es algo que se repite hasta el
cansancio a lo largo del documento. ¡De esta forma para que no contaminen y no
degraden la naturaleza, los capitalistas deben ser incentivados! Se habla en
algunos casos de las ventajas de liberalizar la economía, de la eliminación de
subsidios y la implementación de impuestos al consumo de energía y recursos
naturales: ¿y quién finalmente establecerá cuáles sectores de la producción o
de los bienes comunes se liberalizarán? ¿Los mismos que nos metieron en esta
crisis? ¿Y por qué más bien no se cuestiona el frenético patrón consumista?
c) La despolitización de
la crisis: los redactores del documento de PNUMA-UNEP se declaran “neutrales”.
De esta manera, las soluciones a la crisis no están determinadas por un proceso
ideológico ni mucho menos por relaciones de poder; dichas soluciones para estos
son básicamente tecnológicas. Nada más.
d) Todo sigue
subordinado al capital: y ahora más que nunca, los bienes comunes para la vida.
Para el PNUMA-UNEP, la crisis civilizatoria en la que estamos inmersos se debe
a una “asignación evidentemente incorrecta del capital”[4]. Nuevamente un problema “administrativo”
(“fallas de mercado”), que no reconoce la dinámica política de la acumulación
de capital. Solución: el capital se transfiere a la naturaleza para hacer de la
economía algo “limpio”. Así, los bienes comunes se vuelven a cosificar y pasan
a su unidad domesticable: lo que en el documento llaman una y otra vez
“capital natural”.
¿Quiénes operarán la Economía Verde?
La
llamada Economía Verde, como indicador del marco institucional y discursivo
global para adaptar el proceso de acumulación de capital a la crisis sistémica
y civilizatoria, en plena globalización neoliberal, estaría canalizada por los
mismos grupos de poder que nos trajeron hasta esta situación crítica. Es
básicamente decirnos que quieren cambiar el status quo de la mano del status
quo. El documento referencial del PNUMA-UNEP para orientar el trabajo en Rio+20
es coordinado por Pavan Sukhdev, un alto ejecutivo del Deutsche Bank, que
trabajó anteriormente el tema de la valoración económica de la biodiversidad
para el Foro Económico de Davos[5].
El
mismo informe es claro al afirmar que: “Las actuales negociaciones de la Ronda
de Doha de la Organización Mundial del Comercio ofrecen la oportunidad de
promover la economía verde[6]”.
Las transformaciones de la estructura económica tradicional estarán llevadas de
la mano por los grandes capitales transnacionales, los fondos soberanos, de
seguros y de pensiones, y las grandes instituciones financieras estatales y
supraestatales[7].
A su vez, los dueños de las nuevas tecnologías “verdes” son las mismas
transnacionales que han encabezado la contaminación global por mucho tiempo, y
que ahora intentan canalizar la acumulación y la privatización capitalista
hacia la propia naturaleza aprovechando la coyuntura de crisis global. Por su
parte, los Estados cumplen un papel fundamental, en lo que Barack Obama ha dado
por llamar el Green New Deal, que en la práctica realmente tendrá un carácter
global (no nacional), lo que coloca a los Estados articulados y subsumidos a
este, cumpliendo un papel funcional (policial), sobre la base de la lógica del
mercado y el poder de los grandes capitales globales, en la mediación de los
bienes comunes y los territorios.
¿En qué forma operará la Economía Verde?
Puede operar en 4
planos:
a) mercantilización y privatización de la
naturaleza
·
Criterios de valorización de
la naturaleza - TEEB: The Economics of Ecosystems and Biodiversity, el
denominado Proyecto TEEB, también coordinado por Pavan Sukhdev, ha permitido
establecer una cuantificación monetaria de todos los ámbitos de la naturaleza.
·
Pago de Servicios Ambientales
- PSA: la naturaleza se integra a los mercados en forma de servicios.
Los bienes comunes se comodifican y se transforman en servicios para el
mercado, suponiendo esto el fin de la “invisibilidad económica” y la
“subestimación” que el modelo tradicional le había conferido anteriormente a la
naturaleza, según el documento de la PNUMA-UNEP[8].
Los pobladores locales de estas tierras han perdido el control de sus territorios
a manos de los inversores que se adueñan de los créditos en los que han sido
traducidos los bienes comunes.
· Reducción de Emisiones por Deforestación y
Degradación evitada - REDD+: que forman parte de los
PSA, son mecanismos en los cuáles se transforman los bosques en áreas de
compensación por la contaminación de otros países, similar a los Mecanismos de
Desarrollo Limpio (MDL) propuestos por el Protocolo de Kioto. Se paga una
compensación económica para los actores protagonistas de las deforestaciones,
debido a que lo que no se deforeste es pagado por “deforestación evitada”, lo
que a su vez permite que se deforeste en otro lugar. Las comunidades indígenas
y campesinas corren peligro de ser despojadas de sus territorios en nombre de
aquellos que pagaron por dichos “servicios”. Esto a su vez, produce la
financierización de la naturaleza.
·
Mercados
de carbono: son parte de la financierización de la
naturaleza. Son papeles que representan créditos por carbono no emitido. De
esta forma los bienes comunes entran a la cuantificación del mercado
capitalista, haciéndose funcionales a la emisión de gases contaminantes por
parte de la industria y su correlación con el productivismo. Además, que estos
títulos entran al mercado especulativo, siendo un refugio para el capital
financiero en crisis, necesitado de nuevos ámbitos de ganancias. A su vez, se
producen lavados de rostro por parte de las transnacionales, las cuales
aparecen “cumpliendo” metas de reducción de GEI.
· Expropiación y patentamiento de
conocimientos tradicionales asociados a biodiversidad: en
el marco del Convenio de Diversidad Biológica de 1992, afectando el
conocimiento indígena y campesino ancestral, debido a su secuestro por parte de
las transnacionales farmacéuticas, científicas, de alimentos, etc.
b) El capital financiero apalanca la Economía
Verde
·
Inversiones verdes anuales
del 2% del PIB mundial: entre el período 2010-2050. ¿Quiénes harán
dichas inversiones? El documento “Hacia una economía verde reseña que: “El
sector de la inversión y los servicios financieros controlan billones de
dólares, estando por lo tanto en condición de proporcionar la mayor parte de la
financiación necesaria para la transición a una economía verde”[9].
Nuevamente, los grandes capitales financieros intervienen en los procesos de
reestructuración, ejerciendo todo su poder. Es claro que el manejo de las
finanzas no es equitativo, por lo que los países periféricos, exigidos de
hacerse de mayor cantidad de créditos, necesitan recurrir a estos grandes
centros financieros privados o supraestatales. El informe de PNUMA-UNEP
contempla que: “En los casos en que las condiciones presupuestarias nacionales
sean limitadas, los bancos multilaterales de desarrollo están en una posición
ideal para ofrecer asistencia financiera y permitir que estos países participen
en el camino del desarrollo verde”[10].
El omnipresente “desarrollo vuelve a aparecer”, pero ahora es verde. Se repite
la historia del endeudamiento de los pueblos en nombre del desarrollo, pero
ahora esto representa una transferencia de capitales a los espacios naturales,
jugando el capital financiero su papel como un mecanismo de acumulación por
desposesión.
· Fondo verde para el Clima: puesto
en manos del Banco Mundial, quien como históricamente ha hecho, lo utilizará
para imponer condiciones.
c) Las nuevas
tecnologías “verdes”
·
Geoingeniería: es básicamente la ciencia al servicio de la manipulación
deliberada del clima del planeta. Representa intervenciones del clima
propuestas a megaescala para poder tener resultados. Implica pues, que ante la
negativa de alterar el patrón de consumo y producción, se puedan generar
cambios a gran escala de las condiciones del planeta que reviertan los procesos
de desequilibrio provocados por el cambio climático, entre otros.
·
Nanotecnología: son alteraciones de las composiciones moleculares de diversos
materiales, nuevamente en busca de adaptar estos a condiciones deseadas.
Cientos de estudios revelan la toxicidad de sus productos, sus costos
energéticos reales y los posteriores desechos tóxicos[11].
A su vez se encuentra la ingeniería genética que sirve entre otras cosas para
cultivos transgénicos para agrocombustibles.
·
Biología sintética: diseña sistemas biológicos que no existen en la naturaleza. Todo lo
vivo es procesable por ella para ser transformado en nuevas mercancías
(biocombustibles, por ejemplo) y por ende, cualquier materia viva es apetecible
para ser expropiada. Por si fuera poco, la mayoría de la biomasa está en los
países del Sur global.
·
Plantaciones/transgénicos: monocultivos orgánicos o grandes extensiones de tierras en poder
de transnacionales que además controlan la cadena de producción y distribución
de alimentos. Estas grandes compañías capitalistas poseen patente y
certificación de la producción agrícola, generando inseguridad alimentaria a
los pueblos.
d) “Un marco
regulatorio sólido”
·
Establecimiento de un marco
regulatorio sólido: crear las condiciones institucionales para
facilitar y encauzar la instalación de la economía verde. Vencer barreras
estatales o bien establecer normativas que despejen el proceso de
mercantilización y privatización de la naturaleza. El documento de PNUMA-UNEP
habla de “un
marco regulador adecuado reduce los riesgos normativos y comerciales y aumenta
la confianza de los inversionistas y los mercados”[12].
Estos son los elementos fundamentales a
destacar en la lógica y funcionamiento de la Economía Verde como índice de un
marco institucional global en pro de favorecer a la fase de acumulación
neoliberal orientada a la desposesión de los Bienes Comunes para la vida. Es
nuestro deber alertar a los pueblos y organizaciones sociales en todo el
planeta del intento de mercantilización y privatización de las fuentes de vida de
la Tierra. Y esta alerta es fundamental precisamente porque, con su legitimidad
en seria crisis, el capitalismo necesita un disfraz que encubra su
insustentabilidad con la reproducción de la vida; requiere ocultar su condición
depredadora de la naturaleza con una nueva consigna refrescante: la “economía
(capitalista) verde”. El futuro de la especie humana y de otras tantas especies
más depende de desarticular este asalto final del neoliberalismo.
* Emiliano Teran Mantovani es tesista de
la escuela de sociología de la Universidad Central de Venezuela, investigador
del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos CELARG y hace parte del
Eje de Ecología Social del Foro Social Mundial Temático Venezuela.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- LANDER,
Edgardo. «El lobo se viste con piel de cordero», en: El cuento de la
economía verde. América Latina en Movimiento. Septiembre – Octubre 2011.
Año XXXV, II época. 468-469. Quito. pp.1-6.
- PNUMA-UNEP. Hacia
una economía verde. Guía para el desarrollo sostenible y la erradicación de
la pobreza. Síntesis para los encargados de la formulación de políticas
economía verde. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, 2011.
En: http://www.unep.org/greeneconomy/Portals/88/documents/ger/GER_synthesis_sp.pdf.
[Consultado: 27/09/2011].
- RIBEIRO,
Silvia. «Los verdaderos colores de la economía verde», en El cuento de la
economía verde. América Latina en Movimiento. Septiembre – Octubre 2011.
Año XXXV, II época. 468-469. Quito. pp. 23-26.
[1] BOURDIEU, Pierre. Pensamiento y acción.
pp.68-73.
[2] HARVEY, David. El “nuevo”
imperialismo: acumulación por desposesión.
[3] PNUMA-UNEP. Hacia una economía verde.
Guía para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. p.38
[4] Op.Cit. p.1
[5] RIBEIRO, Silvia. «Los verdaderos colores de
la economía verde», en El cuento de la economía verde. p.24
[6] PNUMA-UNEP. Hacia una economía verde.
Guía para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. p.34
[7] Op.Cit. p.35
[8] Op.Cit. p.6
[9] Op.Cit. p.35
[10] Op. Cit. p.38 (subrayado nuestro).
[11] RIBEIRO, Silvia. «Los verdaderos colores
de la economía verde», en El cuento de la economía verde. p.26
[12] PNUMA-UNEP. Hacia una economía verde.
Guía para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. p.
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