sábado, 13 de agosto de 2016

La agricultura del país: Una breve autopsia

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La agricultura del país: Una breve autopsia
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Plin, plag, plof sonaron sus pasos antes de caer de rodillas y luego desplomarse (de platanazo) al suelo. En el público alguien grito: Ha muerto la agricultura.

-¡IMPOSIBLE! ¡CONSPIRACIÓN! (contesto el Coro).

-Que se realice una autopsia (dijo alguien en la audiencia).

-Camaradas es una vil mentira, un intento de manipulación (cacareó automáticamente el Coro).

Sin embargo el forense ya se encontraba en el escenario y con velocidad emprendió su labor. Al realizar la primera incisión un fétido olor invadió el teatro, algunos no pudieron evitar vomitar. Veamos –dijo el médico- para funcionar, de acuerdo al modelo, se debe primero considerar el consumo aparente, el consumo per capita y las series históricas. Luego, en coordinación con el Plan Nacional de Siembra, se deben planificar las metas para la cosecha y las importaciones. De las metas se desprenden los planes de producción por circuito (vegetal, pecuario y pesquero), para lo cual es necesario elaborar planes por Estado, los cuales involucran planificaciones por Municipio y planes Parroquiales, en estos últimos de debe planificar los rendimientos, el uso de los centros de acopio y las superficies de siembra necesarias. Todo además cuidadosamente coordinado con el Plan Nacional de Agroindustria y planificado desde la capital…

-Para este momento más de la mitad del público (tal vez por falta de alimento) roncaba ruidosamente-

…La ejecución de la planificación (continuó el doctor) es fiscalizada por la Unidad de Seguimiento, Control y Soporte, la cual compila y evalúa información sobre el funcionamiento del plan, con esta información se elabora a su vez el plan de semillas, el plan nacional de vialidad agrícola, el plan nacional de mecanización, el plan de soporte y servicios al productor, lo que implica planificar la producción nacional de fertilizantes, planificar el manejo nacional de pastizales, además planificar las movilizaciones, inspecciones y programas de vacunación… -para este momento todo el público dormía a pierna suelta… sin embargo, el doctor (concentrado en su trabajo) continuó: de esto se desprende la planificación de la Cartera de Financiamiento Agrícola de la Nación... aquí el doctor entró en una minuciosa descripción de las diferentes áreas de financiamiento y de los diversos mecanismos de control que debían funcionar para su éxito… finalmente, luego de mucho tiempo, exclamó: ¡Ajá!

El público se despertó y rápidamente exigió una explicación -Camarada doctor (dijo discretamente el Coro) sea consecuente con la nueva ética socialista, no le dé armas al enemigo. Pero la gente (a pesar de la debilidad causada por el hambre) amenazó con saquear el Palacio Imperial. 

-Murió, la agricultura murió (exclamó el doctor), la mató la PLANIFICACIÓN CENTRALIZADA. 

Cuatro miembros de Coro se desmayaron del tiro, el resto mecánicamente contestó: ¡IMPOSIBLE! Nadie ha invertido en la agricultura como nosotros.

-Donde están los reales – gritó enfurecido el público.

-Se los robaron (dijo lacónicamente el doctor), siempre es así con esta enfermedad, es inevitable. 

-¡Todos los reales! ¡Tantos! ¡No puede ser!- gritó la audiencia.

-Bueno –contestó el doctor- un poco dejaron, pero… pero se evaporó en ineficiencia, torpeza e ineptitud. Esta es una enfermedad implacable. En todos los casos de los que se tiene registro ha sido así, siempre termina en desastre.

-Que los metan presos ¡LADRONES!- dijo alguien sentado al lado derecho del público, por usar esa anacrónica y maniquea clasificación.

-Que los metan presos -gritaron también los del lado izquierdo.

-Esto nunca le hubiera pasado al Emperador anterior, al Rey Sol, aquel que decía que él era el pueblo – murmuro tristemente el Coro. 

-Después del Rey Sol nos cayó el diluvio -dijeron varios en el público.

Desde el lado izquierdo, uno (envalentonado) dijo: Doctor no es culpa del centralismo, es culpa del rentismo. Otro aun más a la izquierda exclamó: es el extractivismo y aun más al extremo se escuchó en grito: es el DESARROLLISMO. Alguien, en ese mismo lado del auditorio y con mucha razón indicó: amigos ya basta de utilizar estos conceptos como chivo expiatorio, como explicación absoluta, no los vaciemos de significado… pero el Coro lo silenció gritando: ¡RENTISMO! ¡Esa es la explicación!

Los que habían hablado antes miraron con suspicacia a su compañero, el les dijo que en esta oportunidad era más importante señalar las diferencias entre seguridad y soberanía alimentaria. Antes –les dijo- cuando había mucho dinero y se podía comprar alimentos afuera, a nadie le importaban las ineficiencias del modelo agrícola, vivíamos en el espejismo de la seguridad alimentaria, ahora que no hay plata, es evidente el desastre. Pero, si en vez de haber intentado controlar todo, haciendo que el gobierno monopolizara la agricultura, se hubiera auspiciado la autonomía de los agricultores, estimulando y apoyando sus iniciativas particulares, hoy tendríamos soberanía alimentaria... sus compañeros lo miraron con desprecio y dijeron al mismo tiempo: se metió a neoliberal. 

Justo en este momento aparecieron en escena unos extraños personajes que impresionaron a todos, tal vez porque la audiencia había olvidado cómo se ven las personas con barriga. En el medio, uno más grande y gordo -apenas visible entre los otros- lucia en su cara un negro bigote.

A todos cautivó la opulenta apariencia de estos personajes y en un primer momento nadie se dio cuenta de que sostenían una cadena terminada en una gran bola que halaban al caminar. Mas tardaron en notar que también sostenían una extraña herramienta con forma de cuchara –Son los ministros, usan esa cosa para raspar la olla- alguien explicó. 

Un niña le dijo a su mamá: -el gigante del medio esta desnudo -cállate es el Emperador, respeta. -Pero mamaaá, ¡está desnudo! …y nadie se lo dice. La madre pellizcó discretamente a la niña, pero esta salió corriendo con dirección al escenario. El coro intento detenerla, pero no pudo, los ministros -profundamente asustados- también intentaron, pero las pesadas bolas no los dejaban moverse con agilidad. El Emperador vio a la niña y decidió aprovechar la ocasión y darle un beso. Un poco de sentimentalismo siempre es bueno -le había recomendado el Emperador anterior. 

-¿Cómo te llamas mi amor?

–Señor tengo hambre, no hay pan. 

-Mi amor –contestó el Emperador- si no hay pan, por qué no comes torta. Los ministros celebraron a carcajadas la gracia y discretamente alejaron a la niña.

Lo demás es historia.

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