miércoles, 31 de agosto de 2011

Carta Agroecológica de Oaxtepec


Recientemente se celebró en la ciudad de Oaxepec (México) el tercer congreso de la Sociedad Científica Latinoamérica de Agroecología (SOCLA). El congreso tubo una asistencia masiva y permitió el encuentro entre investigadores y activistas de todo el continente. Como balance general, con las diferencias propias de cada país, se puede decir que la agroecología sigue creciendo como opción ética en la región. Es particularmente esperanzador la abrumadora asistencia de estudiantes y jóvenes en general, lo que permite tener buenas expectativas sobre el futuro de la agroecología. Como resultado de este congreso se produjo la Carta Agroecológica de Oaxtepec, documento que reproducimos a continuación.


Foto tomada durante una conferencia magistral realizada por Víctor Toledo en el congreso.

Carta Agroecológica de Oaxtepec

Los más de 750 participantes en el III Congreso Latinoamericano de Agroecología organizado por la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología (SOCLA) y la Universidad Autónoma Chapingo realizado en Oaxtepec, Morelos, México del 17 al 19 de agosto de 2011, y reunidos bajo el lema “La agroecología; para alcanzar la soberanía alimentaria en un planeta en crisis ambiental, energética y climática” declaramos:


1. La urgente necesidad de impulsar el paradigma agroecológico que asegure suficientes alimentos sanos y accesibles para la creciente población mundial, sobre la misma base de tierra arable, pero haciendo un mejor uso de los recursos como el petróleo, el agua y otros, dentro de un escenario de cambio climático e incertidumbre económica.


2. El modelo agrícola industrial-convencional y sus cuestionables derivaciones biotecnológicas y producción de agrocombustibles está agotado y no podrá dar respuestas a los desafíos del futuro agrícola en la región y el mundo. De hecho, la amenaza a la seguridad alimentaria es el resultado directo del modelo agroindustrial, caracterizado por monocultivos a gran escala y cultivos transgénicos, mientras las grandes compañías transnacionales se apoderan de semillas y tierras agrícolas, socavando con ello aún más la capacidad de suministro de alimentos, fibra y energía a las poblaciones locales.


3. Los umbrales de la naturaleza han sido sobrepasados por el crecimiento económico desenfrenado y los paisajes modificados hasta puntos extremos por el monocultivo y otras prácticas nocivas a los agroecosistemas, la salud humana y el ambiente natural. La agroecología provee las bases para revertir este proceso y restaurar los procesos ecosistémicos, como la producción de alimentos sanos, la mitigación del cambio climático y la conservación de la biodiversidad, tan necesarios hoy en día para la supervivencia del planeta.


4. Considerando que el congreso se realiza en México, ubicado en Mesoamérica, centro de origen, diversificación y domesticación del maíz, manifestamos nuestro apoyo a las iniciativas de rechazo a la introducción de cultivos transgénicos en este o cualquier otro país. Hacemos un llamado a crear esfuerzos para desterrar los transgénicos del continente y transformar América Latina en una zona libre de transgénicos. Defender la agricultura campesina y exigir el derecho al libre uso de la biodiversidad por los campesinos e indígenas y rechazar el patentamiento y la restricción a la circulación de sus semillas nativas.


5. De igual manera, considerando que la Quinta Conferencia de las Partes del Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes adoptó el 29 de abril del 2011, la decisión de eliminar la producción y el uso mundial del insecticida endosulfán, el III Congreso de la SOCLA hace un llamado a todos los gobiernos de América Latina y el Caribe para prohibir la importación, producción y uso del endosulfán. Además, trabajar para la eliminación de todos los agrotóxicos e implementar programas nacionales de apoyo a las alternativas agroecológicas para el manejo de plagas, para ir más allá de la mera sustitución por otro plaguicida químico. Para la aplicación de este compromiso internacional, los planes nacionales deberán estar abiertos a la participación de las organizaciones de productores y de académicos.


6. La agroecología está aportando las bases científicas, metodológicas y técnicas para una nueva “revolución agraria” a escala mundial. Los sistemas de producción fundados en principios agroecológicos son biodiversos, resilientes, eficientes energéticamente y socialmente justos. Informes internacionales como el de la IAASTD y del Relator Especial para el Derecho a la Alimentación de las Naciones Unidas, han concluido que el modelo agroecológico es la opción mas viable ya que permite la generación de sistemas agrícolas capaces de producir conservando la biodiversidad y la base de recursos naturales, sin depender de petróleo, ni insumos caros.


7. Miles de agricultores en especial campesinos e indígenas en América Latina ya practican este tipo de agricultura que ofrece múltiples beneficios ambientales, sociales, culturales y económicos a varios sectores de la sociedad rural y urbana de la región. Estos producen más el 50% de los alimentos que se consumen y las experiencias agroecológicas exitosas constituyen una guía para ser socializadas mediante procesos horizontales de intercambio participativo de experiencias.


8. Los movimientos sociales son claves para el escalonamiento de la propuesta agroecológica y para lograr políticas públicas favorables a ella y a la soberanía alimentaria. La soberanía alimentaria se centra en la autonomía, el consumo responsable, los mercados locales, los ciclos cortos de producción y consumo y las redes que promueven innovaciones e ideas agroecológicas. La agroecología no solo proporciona los principios para alcanzar la soberanía alimentaria, sino también la soberanía tecnológica, territorial, económica y energética dentro de un contexto de resiliencia.


9. Los científicos, académicos, profesionales y técnicos ligados a SOCLA apoyan desde su quehacer a estos movimientos sociales y juegan un rol fundamental en la sistematización de las experiencias agroecológicas surgidas de la investigación formal y de las tradiciones de los agricultores. También tienen la responsabilidad social de informar y presionar a los decisores para que se generen y rediseñen políticas públicas agrarias que potencien la agricultura sostenible tal como el acceso de los agricultores a la información, educación, investigación, tierra, agua, semillas locales, mercados, etc.


10. Hacemos un llamado a la sociedad en general a apoyar las propuestas agroecológicas que permitan consolidar la soberanía alimentaria, la conservación de los recursos naturales y el empoderamiento local, regional y nacional de organizaciones y movimientos campesinos.


Apremiados por la urgencia de los tiempos, convocamos a convertir esta declaración en plan de acción de la agroecología en América Latina y El Caribe.


¡No más desalojo, criminalización y violencia en el campo!


¡Rechazamos la marginación del saber campesino e indígena y apoyamos el diálogo entre estos saberes y el conocimiento científico!


Apoyamos las iniciativas de educación en agroecología a todos los niveles, en el contexto urbano y rural, que fortalezca las capacidades para alcanzar la soberanía alimentaria en un planeta en crisis ambiental, energética y climática.


¡Hacemos un fuerte llamado a los estados a establecer políticas favorables a la agroecología!


Rechazamos todo intento de parte de las corporaciones multinacionales, los gobiernos y los organismos financieros internacionales de secuestrar y cooptar la agroecología. ¡Defendemos la agrobiodiversidad como patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad y la madre tierra!



Precursores. De Izquierda a derecha: Miguel Altieri, John Vandermeer, Fernando Funes, Eduardo Sevilla, Stephen Gliessman.

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